El título original del estudio es “Occurrence of Nonmelanoma Skin Cancers on the Hands After UV Nail Light Exposure”, de MacFarlane y Alonso.
El mismo, fue refutado por los especialistas Doug Schoon, Paul Bryson, y Jim McConnell. En el estudio se demostró que se “necesitarían 250 años de manicura a la semana para lograr que la luz ultravioleta de las lámparas logre generar un riesgo y, por consiguiente, algún tipo de cáncer de piel”.
En esa investigación los resultados demuestran que la cantidad de radiación a la que se expone la piel del cliente es igual a la que cabría de esperar si se expusiera de 17 a 26 seg. adicionales por día a la luz solar durante las dos semanas que hay entre sesión y sesión. Esto, claro, es utilizando según las indicaciones las lámparas.. obviamente
Entonces ¿por qué el primer estudio dice todo lo contrario? Hay dos motivos básicos por los que MacFarlane y Alonso parten de un supuesto erróneo: no tienen en cuenta los sujetos a los que analizan (es decir su vida regular) y miden mal la radiación de las luces LED/UV.
Ahora te digo, si después de todo esto, aún sos de las que ni con pruebas cambia de parecer, te invito a ponerte protector como cuando vas a la pileta en verano e ir de tu manicura de confianza a embellecer tus manos.
Gracias por leerme. @nailsbymicazamora
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